Cada 4 de junio celebra sus comienzos como organismo de salud estatal. Dos fuentes escritas muestran su nombre, en compañía de protagonistas de la historia
1. Palabras en el Congreso de 1935
24 de septiembre de 1935. El Diario de sesiones de la Cámara de Senadores de la Nación informa que en la República Argentina gobierna Agustín P. Justo. Hay un ministro de Guerra, otro de Marina, de Obras Públicas, pero no existe aún el Ministerio de Salud.En tal documento, puede leerse que el proyecto de ley de diputados y senadores establece: “Autorizase al Poder Ejecutivo para aceptar la donación ofrecida por el obispo de Córdoba, del terreno existente sobre el mismo, del hospital Aurelio Crespo. El Ejecutivo invertirá hasta $ 250.000 en la terminación del hospital, al que se dará el nombre del donante, Aurelio Crespo”. Si se acepta, se dispondrá que las obras sean propiedad exclusiva del Estado.En el recinto del Congreso se encuentran los senadores Alfredo Palacios, socialista, y Lisandro de la Torre, radical.En agosto, esta Cámara de Senadores autorizó la construcción de un edificio para la Escuela Normal de Maestros Rurales, de Cruz del Eje, con la firma de Julio A. Roca (h).Guillermo Rothe, senador por Córdoba, del partido demócrata (hijo de Lisaura Armesto, emparentada con esta familia que vivió en Cruz del Eje), no es el informante de la Comisión de Presupuesto, que evalúa el pedido de donación. Sin embargo, pide la palabra y da a conocer la siguiente circunstancia:El hospital se levantó por una donación privada. Está ubicado en una ciudad que tiene 18.000 habitantes. La Iglesia de la provincia de Córdoba, a la cual fue donado por don Aurelio Crespo, no está en condiciones de tomar a su cargo el buen funcionamiento. Por esa razón se ha decidido donarlo al gobierno de la Nación y de esa forma los servicios serán más eficaces para la región.Luego, hay votación general y Patrón Costas, presidente de la Cámara, enfatiza:“Queda convertido en ley”.
2. Registros en el primer plan sanitario
Ramón Carrillo Gómez (1906-1956) fue un médico notable que preparó el Plan Analítico de Salud Pública para Argentina, un informe integral de tres tomos, en 1947. Entre las obras nacionales que anuncia figuraba el Hospital Aurelio Crespo.“Carecemos de los edificios indispensables para ampliar el sistema sanitario”, informaba al Congreso, en 1946, el presidente Juan D. Perón. Para eso se necesitaba, decía, de “médicos que formasen un ejército, con sus estaciones sanitarias”. Se justificaba, dentro del Plan Quinquenal, la creación de la Secretaría de Salud Pública, antecedente del Ministerio de 1949. Carrillo fue secretario, y aseguraba: “Es necesario dotar al país del mínimo indispensable de establecimientos de asistencia, de prevención y de investigación científica”. “Para que la ciencia médica no esté sólo al servicio de los pudientes y pueda aplicarse en todo el territorio de la Nación”, aclaraba quien fue el primer ministro de Salud. En la década de 1940, en Argentina, existía una coyuntura económica oportuna para el avance estatal. La idea de salud colectiva se extenderá por todo el país, como lo describe Carrillo. Entonces se dio un amplio programa de construcciones de edificios destinados a la salud pública y gratuita, de acuerdo con el plan 1947-1952, programa que establecía una articulación entre salud y producción. No eran solamente hospitales generales, Carrillo había pensado en espacios de lucha contra epidemias de esos años; institutos de kinesiología y del deporte; programas para la longevidad y la subalimentación, como así para las enfermedades mentales. Se piensa, entonces, en salvar a los más débiles: la niñez y la mujer abandonadas, como también la vejez desprotegida. Se piensa en las regiones vulnerables del país, sobre todo.En el tomo II del Plan Analítico, se prevé la construcción de un pabellón de 30 camas para el Hospital Regional Aurelio Crespo, ya incluido en el Plan Quinquenal. Se inauguró el 4 de junio de 1947. Atrás quedaron los muros viejos de años de abandono. También se registraban en el Plan Analítico, para Cruz del Eje y otras ciudades, un consultorio oftalmológico y un programa sobre el saneamiento del paludismo, además de proyectarse un servicio regional de transfusión de sangre, dada la importancia que le otorgaba Carrillo a ese método.Los consultorios externos de consulta tenían relación directa con la política sanitaria de Carrillo: la prevención (“Medicina del porvenir”, la denomina) era preferible a la internación, por los altos costos para el Estado. Para el Primer Plan Quinquenal la historiadora López Marsano enumera 363 obras sanitarias de Carrillo. El Hospital Aurelio Crespo ocupa el lugar 162.El doctor Carrillo, reconocido en el mundo por sus aportes a la reducción de mortalidad infantil, entre otros adelantos, murió en 1956 en Brasil, como médico rural de una aldea. La dictadura cívico-militar, la autodenominada “Revolución Libertadora”, le impidió regresar a su país.“No tengo odios y he juzgado y tratado a los hombres siempre por su lado bueno, buscando el rincón que en cada uno de nosotros alberga el soplo divino”, supo escribir.Ramón fue bisnieto de Marcos, un oficial español de veintitrés años, derrotado en la batalla de Salta (1813), donde el general Manuel Belgrano le perdonó la vida.(Autores consultados: Felipe Pigna, José Álvarez Ramos, Ramón Carrillo, Charo López Marsano y Raanan Rein)
Por Rodolfo Castro