01 Aug
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                                                                                     Por: Sonia Pinar

El 1° de agosto se  celebra la festividad de la Pachamama, debido a su vínculo con el ciclo agrícola y el calendario andino. 

En esta fecha, que coincide con el inicio del año agrícola en muchas comunidades indígenas, se realiza un acto de agradecimiento, petición, protección, prosperidad y armonía con la Madre Tierra. 

Se trata de una serie de rituales y ceremonias que se realizan dentro de las culturas aimara y quechua del norte argentino, pero que también se conmemora en Bolivia, parte de Chile, Perú, Ecuador, Colombia. 

Es un evento comunitario en el que se cava un pozo y se "da de comer" a la Pachamama diferentes comidas y bebidas (chicha, harina, coca, vino, tabaco, frutas,  semillas, etc.) y se realizan rezos, ofrendas y sahumadas. 

El vino sirve también como un medio de consagración. Todo se quema luego y sus cenizas son tapadas con tierra y se colocan flores encima, se celebra y se baila. 

La tradición más arraigada en la población general es tomar durante la madrugada del 31 de julio al 1° de agosto o en ayunas tres sorbos de caña con ruda o té de ruda, ya que se le reconoce a esta planta múltiples propiedades medicinales. 

Al mismo tiempo que se ingiere la bebida se implora "kusiya...kusiya" (ayúdame...ayúdame) para que la Madre Tierra, la Pachamama, nos proteja el resto del año hasta la próxima celebración el año siguiente.

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