26 Dec
26Dec

Amigos de La Idea agradece a Eugenia Marengo y a CDMnoticias por permitirnos publicar parcialmente esta nota publicada en ese medio  

Hace 62 años, un 10 de diciembre, terminaba una de las huelgas más largas del movimiento obrero argentino. En Cruz del Eje, por primera vez no sonaría la sirena de los talleres anunciando el Año Nuevo.Fue durante el gobierno de Arturo Frondizi, en el marco del llamado Plan Larkin, aprobado por el Senado de la Nación en 1961, cuando se hizo efectiva la primera amenaza del cierre de los talleres ferroviarios en Cruz del Eje - construidos en 1890 - y en otras localidades. En el marco de una crisis económica, el gobierno pretendía reducir el déficit fiscal, como forma de garantizar la estabilidad monetaria. Estas medidas proyectaban levantar 5.857 kilómetros de vías del Ferrocarril General Belgrano; 130 kilómetros de ellos correspondían al tramo Córdoba - Cruz del Eje.Hacia fines de octubre de 1961 comenzaron los cierres de talleres, ramales y coches comedores. En Cruz del Eje alrededor de 3000 trabajadores se ocupaban con el ferrocarril, más de 700 en sus talleres. La amenaza del cierre vislumbraba el paro general: el 28 de octubre, desde los gremios la Unión Ferroviaria y La Fraternidad se declaró la huelga en todo el país.Hacía más de dos años que gracias al Plan Conintes se prohibían las huelgas y se permitía la intervención de las Fuerzas Armadas. Ante esta normativa, muchos trabajadores escapaban al monte para no quedar acuartelados.El 10 de diciembre de 1961 la huelga de los 42 días terminó. El resultado fue considerado un éxito para el movimiento obrero ya que el Plan Larkin no pudo ser aplicado en su totalidad, pero los ramales cerrados nunca fueron rehabilitados. En Cruz del Eje los talleres no abrían y casi el 40% del personal estaba indemnizado. Se arma una sociedad anónima para quedarse con los talleres. Así se llega a fin de año y una tristeza invade al pueblo del ferrocarril. Cada 31 de diciembre la sirena de los talleres también sonaba para despedir el año y recibir al otro. En 1961 el silencio dejaría en la medianoche una cicatriz: la amenaza latente del cierre de los talleres.Sin embargo, un grupo de 341 obreros, que no habían aceptado la indemnización, se organizaban para dar vuelta la historia.En febrero de 1962 entraron en los talleres que permanecían clausurados. La toma fue una organización orgánica de los obreros, no fue convocada desde ninguno de los gremios.Afuera la policía intentaba el desalojo pero no pudieron por la presencia de un menor en el taller. Fueron ocho días y siete noches. Durante esos días vecinos y familias enteras se organizaron para acercarles ollas con comida que se repartían adentro. Finalmente, para mediados de febrero de 1961, las puertas de los talleres se abrieron y sus máquinas y herramientas retomaron el curso del trabajo hasta 1978, cuando el 15 de mayo, el decreto 2164, producido en plena dictadura cívico militar , cerró los talleres de Cruz del Eje.Hoy la memoria de los derechos sociales de los trabajadores del riel está vigente en cada estación. Nombrar al pasado ferroviario, con todo su legado de organización y luchas, lo transforma en un deseo que promete futuro.

Comentarios
* No se publicará la dirección de correo electrónico en el sitio web.