Acaso sea Argentina el único país en Latinoamérica donde la educación universitaria es gratuita. Ello nos condujo a que cualquier hijo de obrero se transforme en médico o abogado, haciendo realidad aquello de "mi hijo el doctor". Esta singularidad tan particular y tan consolidada en la sociedad argentina hizo que recibiéramos en el país jóvenes de toda Latinoamérica deseosos de poder efectuar aquí, los estudios que en su país les era vedado realizar. Generosa y noble Argentina que cobijó en sus aulas, no sólo a sus hijos sino también a los que venían de lejanas tierras. Hoy, esta educación pública y por ello igualitaria, es amenazada gravemente. La posibilidad de "achiques" por parte del gobierno, indefectiblemente, conducirán al tan temido gravamen. El solo hecho de pensar que la Universidad de Buenos Aires, considerada entre las mejores de América por su excelencia académica, pudiere perder su carácter de gratuita para los hijos de este país, ya nos subleva y nos rebela, dado que ésta y las demás de Argentina, amén de educar, igualan. Por este motivo siempre se ha dicho que en el país, a nadie le está negado estudiar y a través de ello, progresar. Por lo antes mencionado, es preciso que nos mantengamos informados al respecto y podamos así defender nuestras universidades, a efectos de que la educación pública en Argentina siga siendo un derecho de todos los argentinos.
Por Martha Elizabeth Durán